martes, 4 de noviembre de 2008

LA HAZAÑA DE BARAK HUSSEIN OBAMA



Hace 53 años el estigma del prejuicio y la discriminación racial se hallaba grabado en el cuerpo de la sociedad con la violencia indeleble del hierro candente. En la ciudad de Montgomery, Alabama, una de las tantas paradigmáticas comunidades donde la tradición marcaba el paso, existían leyes segregacionistas aprobadas. Los negros no sólo eran relegados económica y laboralmente, sometidos a una condición de inferioridad permanente, reprimidos por las autoridades y marginados de derechos fundamentales como el voto o la libre expresión, sino que debían sufrir la humillación cotidiana de no poder compartir con los blancos los mismos lugares públicos: escuelas, restaurantes, salas de espera; incluso los baños y bebederos lucían ominosos letreros de "blancos solamente" o "negros no". Era imposible que ciudadanos de las dos razas compartieran un taxi, puesto que los conductores blancos sólo servían a pasajeros blancos, y los negros tenían un sistema especial para ellos. Los autobuses, por ejemplo, estaban divididos con una línea, pero si el sector blanco se completaba, los pasajeros de color debían levantarse para acomodar a los que ascendían.

Es llamativo cómo grandes revoluciones pueden comenzar con gestos aparentemente minúsculos y sin importancia. Nunca mejor dicho que en este caso. El 1º de diciembre de 1955, Rosa Parks, una modesta y tranquila costurera, subió al autobús en la Avenida Cleveland camino a casa luego de una larga jornada de trabajo. Tomó asiento detrás del departamento reservado a los blancos, y a medida que recorría las calles observaba cómo el vehículo se llenaba lentamente; al poco tiempo, el chofer se acercó a ella y le ordenó, junto a otros tres negros, que dejaran sus lugares a los pasajeros blancos que acababan de ingresar. No había otros asientos libres, así que tendría que ceder su sitio a un varón blanco y proseguir de pie el resto del trayecto. En una reacción sin precedentes para la comunidad de Montgomery, la señora Parks, serena pero firmemente, se negó.
El resultado inmediato fue su detención. La noticia circuló como reguero de pólvora por la ciudad, y la imagen de la policía arrestando a una mujer de porte humilde y equilibrado, de la que no podía imaginarse ni sombra de provocación, causó su impacto. Pronto los líderes negros se pusieron en campaña, y la circunstancia hizo surgir en la escena al joven pastor de una iglesia bautista local, quien, desconocido hasta ese momento, sería luego admirado en todo el mundo como uno de los máximos paladines de los derechos civiles del siglo XX: el Reverendo Martin Luther King Jr.
El clérigo no sólo traía consigo el carisma y la voluntad inquebrantable, sino también un método de lucha: la resistencia pacífica concebida por el Mahatma Gandhi para expulsar al Imperio Británico de la India. Determinaron llevar a cabo un boicot a los autobuses. Clandestinamente diseminaron un panfleto instando a la comunidad negra a abstenerse de usar el servicio a partir de la mañana del 5 de diciembre. Y el efecto fue fulminante. Puesto que dos tercios de los usuarios eran de color, los autobuses viajaban vacíos como fantasmas; la gente caminaba hasta sus lugares de trabajo, a veces recorriendo ocho o nueve kilómetros, o se organizaba colectivamente en taxis y autos particulares. Todo se realizó en silencio, sin incidentes y con la cabeza alta. Cuando se les preguntaba cómo se sentían, algunos negros contestaban: "Mis pies, cansados; mi alma: ¡liberada!". La protesta atrajo la atención de todo el país, pero lo que comenzó siendo una acción casi espontánea acabó en un movimiento prolongado que puso a prueba la madurez de toda una colectividad. Los blancos no relegarían fácilmente sus privilegios; habría arduas negociaciones, procesos legales, amenazas telefónicas y personales, arbitrariedades y represión manifiesta, y la aparición siempre cobarde e intimidatoria del ominoso Ku Klux Klan. El propio Martin Luther King fue encarcelado, su casa bombardeada y su reputación jaqueada con calumnias. Sin embargo, no cejó, y la comunidad negra tampoco. Fueron once meses de paciencia y orgullo tenaz, hasta que la resistencia dio sus frutos: el 13 de noviembre de 1956 la Suprema Corte de la Nación declaró inconstitucionales las leyes referentes a la segregación de los autobuses en Alabama.
Lejos de festejar una victoria, el reverendo King proclamó una toma de conciencia general para evitar todo tipo de euforia y mantener las normas de cordialidad y no violencia durante el
proceso de integración de los vehículos públicos. El triunfo estaba asegurado, pero la lucha por liberar al país del racismo y la opresión apenas comenzaba.
El epílogo de la gesta de Montgomery aún pone lágrimas en los ojos de algunos viejos. Vencido moral y legalmente, el Ku Klux Klan reinició las hostilidades mediante una política sistemática de amenazas. Cuarenta coches repletos de encapuchados con sus distintivos atavíos se propusieron recorrer las avenidas del barrio negro. Esperaban que, como siempre, el miedo metiera a las víctimas en sus casas. No hubo tal cosa. Hallaron al pueblo volcado en las calles, cientos de miradas calmas pero resueltas que los enfrentaban en cada acera y cada esquina; hombres, mujeres y niños confiados en el nuevo respeto a sí mismos que habían ganado a pulso... Sin saber cómo reaccionar ante la sorpresa, la caravana del terror dio la vuelta y se marchó por donde vino.
Como dije al principio, a los 53 años, un hombre mitad blanco, mitad negro, hijo de norteamericana y de un negro Keniano, va a ponerse, o se ha puesto al frente del país más poderoso del mundo y donde más palpable se siente la senofobia después del apargey en Sudáfrica hacía la raza negra.
Pero quién es Obama?. Su nombre es Sbarak Hussein Obama, de 45 años, fue educado en sus primeros años en una escuela musulmana dos años y otros dos en otra cristiana. Nacido en Honolulu, Hawai, a los dos años de edad se divorciaron sus padres y, su madre volvió a casarse con Lolo Soetero, un indonesio que, mandó a Obama a los 11 años de edad a casa de sus abuelos en Hawai asistiendo a la escuela privada Punahou School, donde se graduó en 1.979.
Se trasladó a California donde estudia la carrera de ciencias políticas en varias universidades y se va a vivir a Chicago, Illinois, donde participa en una organización no gubernamental en apoyo de las familias pobres.
Ingresó en Harvard graduándose con todos los honores y de aquí se coloca en las firmas legales más famosas de Chicago, teniendo a su cargo la cátedra de Derecho Constitucional en la Escuela de Leyes de la Universidad de Chicago.
En 1.996, participa en el Partido Demócrata y ya electo, fue nombrado director de la Comisión Senatorial de Salud y Servicios Humanos. Aprobó leyes para beneficiar a personas que no tenían dinero para pagar seguros médicos incrementando los fondos federales para luchar contra el SIDA.
En 2002, en su campaña para senador por Hollinois, creó una ley en la que obligaba a la Policía usar videocámara en los interrogatorios en crimen castigado con la pena de muerte, escribiendo un libro con el título de “La Audacia de la Esperanza”.
Barak Obama necesita hoy 270 votos para ser el primer presidente negro de los Estados Unidos de América, cosa que conseguirá, pues el país y el resto del mundo necesitan un descanso después de los desastrosos 8 años de mandato del señor George W. Bush.
Sanlúcar de Barrameda, 4 de Noviembre de 2008.
Fdº: José González Parada.

ver pdf http://www.scribd.com/doc/10970246/La-Hazana-de-Barak-Hussein-Obama

No hay comentarios:

Publicar un comentario