sábado, 7 de marzo de 2009

EL BLOQUEO DEL RIO GUADALQUIVIR III

III EL INTENTO DE DESBLOQUEO

Es la mañana del domingo día 20 de septiembre, desde el amanecer se ven movimientos de efectivo policiales por el muelle, a pesar de que la niebla no deja casi ver a las embarcaciones que una junta a otras entrelazadas por malletas que les sirven como cabos, para el amarre entre ellas, así como el movimiento de las pequeñas lanchas que surten de pertrechos a las mismas, van y vienen desde la orilla de la playa frente a la barriada de los marineros con comida y gas-oil para resistir el bloqueo.
Las mujeres no dejan la orilla, están continuamente observando los movimientos de la benemérita y jaleando a sus maridos, sus hijos y hermanos a que resistan a pesar de no verle ninguna solución a este conflicto precipitado de los marineros de Sanlúcar.
Sobre las doce horas, cuando la niebla ha levantado, se observa como dos remolcadores de la Marina Mercante, el “Remolcanosa” y el “hispania”, donde viajan numerosos guardias civiles, pertrechados con material antidisturbio que se van acercando a los pesqueros fondeados en la canal del río Guadalquivir, a la vez que otro importante número de efectivos, distribuidos en lanchas patrulleras de la Guardia Civil y varias sodiac inician la ceremonia de aproximación a los pesqueros cuyo fin es el de cortar las amarras para intentar abrir una brecha por donde los mercantes puedan tener salida hacía la mar o hacía Sevilla.
Esta estrategia no le sirvió para nada a la Guardia Civil, aunque es verdad que cortaron varias amarras, los barcos se iban desplazandos de lugar y amarrándose en otro lugar al momento que llegaban a la amura de sus homónimos.
Mientras que estos se defendía de los intentos por parte de la guardia civil de dispersarlos, las pequeñas lanchas que servían de enlace entre los barcos y la playa situada frente a la barriada de los marineros se movían a sus anchas entre los barcos trasladando más hombres a éstos y trasladando a los heridos hacía tierra.
Los enfrentamientos eran continúo y ante el fracaso de poder abrir la brecha necesaria para dejar paso a los mercantes preparados para tal fin, la guardia civil sumó otras tres lanchas más empezando a emplear botes de humos y balas de gomas contra los marineros que no permitían que estos se acercaran a los cabos para cortarlos.
La tensión fue aumentando y el pánico se palpaba en el aire mientras que los heridos eran evacuados a tierra entre los sollozos de las esposas y madres que se encontraban en la orilla a la vez que observando lo que estaba pasando a bordo de las embarcaciones.
Viendo los mandos desde tierra que el desbloqueo era imposible, opta por ordenar que los remolcadores sean auxiliados por un helicóptero y lanchas patrullera, mientras que los remolcadores trataban de dispersar a las pequeñas lancha con mangueras de agua a presión siendo inútil este segundo intento por abrir paso a los mercantes.
Esto continuó todo el día sin que ninguno de ellos diera su brazo a torcer, la guardia civil continuó practicando los mismos métodos que por la mañana, utilizando botes de humo y balas de gomas y, a pesar de conseguir abrir una pequeña brecha, ésta fue tapada inmediatamente por otros pesqueros.
La batalla iba en aumento hasta que una patrullera de la Guardia Civil se empecinó en la persecución de uno de los pesqueros, que fue enseguida perseguido a su vez, por una cantidad de barcos teniendo que darse a la fuga ante el peligro que suponían estos.
Los guardias civiles que esperaban en el mueble de Bonanza, y que había venido procedente de una Unidad de Cádiz, unos 40 y otros 40 perteneciente al Grupo Rural de Seguridad aguardaban acontecimientos y preparados para cualquier eventualidad.
Durante el transcurso de las batallas, había sido heridos varios marineros y guardias civiles siendo el más graves de todos Manuel Martín Pecho, tripulante del pesquero “Juan y Melchor” que sufrió un impacto de una bala de goma en un ojo y algunas quemaduras menores en el rostro, siendo atendido en tierra por la Cruz Roja que le prestó los primeros auxilios, evacuándolo seguidamente al Hospital de la Seguridad Social de Jerez de la Frontera.
Un portavoz del Centro de Salud “Barrio Alto” de Sanlúcar de Barrameda dijo que en este establecimiento había sido atendido un pescador con traumatismo en hombro y muslo izquierdo cuyas iniciales eran B.A.O. de 48 años.
También fueron heridos M.G.N. de 36 años; F.G.S. de 47 años y G.G.G. de 43 años
De entre los heridos estaba un cabo de la guardia civil que fue arrojado al mar y los seis tripulantes de una zodiac que fueron rociados con gas-oil teniendo que huir hacía el muelle de Bonanza ante el peligro de que pudieran ser incendiados.
Este día ya había retenidos 13 embarcaciones entre mercantes y yates encontrándose los mismos en estos lugares:
En el fondeadero de Chipiona.
Leros.
San Juan Gaztelugatxe.
Tootsi
Guadalquivir.
Atria.
Se esperaba que en las próximas horas llegaran:
St. Christoph.
Jerba.
Casilda del Mar.
En Bonanza estaban anclados los mercantes:
Vivejhorf.
Puerto de Alcudia II.
Esmeralda.
Y los yates:
* White Rabbit. La tripulación de este yate y del África Queen, intercambiaron insultos con los pescadores que en modo alguno los dejaron pasar hacía el mar.
* Africa Queen. Y otros 4 más.

En cuanto al “Ciudad de Valencia”, el barco de la Compañía Trasmediterránea con 600 pasajeros a bordo, que se dirigía el sábado día 19 desde Ceuta a Sevilla con motivo de la celebración del día de Ceuta en la Exposición Universal, el mismo domingo día 20 tomó rumbo al puerto de Cádiz.
El domingo día 20, José Orcha, que actuaba como presidente o portavoz de la comisión de los pescadores, y la vez que patrón del pesquero “Manolo IV”, hace un llamamiento para que toda la flota que trabaja en el caladero de la región suratlántica se sume a la protesta, Orcha considera que el problema de las sanciones afecta a todos los pesqueros desde Barbate hasta Ayamonte, asegurando que la flota de Sanlúcar no captura inmaduros.
Manifiesta que “cogemos pescados más pequeños que los que recoge la normativa, pero es que los peces que capturamos tienen un menor tamaño. Hay especies adultas que son más pequeñas, como pescadilla, pequeña, acedías, pijotas, puntillitas y castañitas. Si no hay malla que encierre al pescado, cómo lo vamos a coger.
“Para pasar hambre más vale quedarse en casa viendo la televisión. Nosotros somos los primeros que queremos recuperar el caladero, ese es el futuro de nuestros hijos”
Orcha afirmaba también que mantendrían bloqueada la barra del Guadalquivir hasta que los responsables de la administración Autónoma no se pongan en contacto con la comisión de pescadores y convoquen una reunión con carácter de urgencia en la que se aborde el problema de las sanciones. “Seguiremos aquí hasta que la administración nos conteste y nos convoque a una reunión, estaremos indefinidamente hasta que la administración dé señales de vida.
Pero hasta ese momento ningún responsable se había puesto en contacto con ello.
Orcha sigue diciendo que en cuanto a la seguridad en la mar “es el ayudante de Marina y el ingeniero los que deben de decir qué barcos deben o no deben salir a faenar”.
El Patrón Mayor de la Cofradía de pescadores de Sanlúcar, Manuel Núñez Romero, entendía que con la política de sanciones y la actual normativa no se puede trabajar. “No nos dejan pescar, no nos dejan trabajar, quieren poner una malla que no es rentable, si salimos a la mar para sacar un duro y no lo conseguimos, pues no salimos y en paz”.
El patrón mayor sigue diciendo que “la administración no ha contestado. Yo tengo que estar con los marineros y, si tengo que morir, muero con ellos”.

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