lunes, 20 de junio de 2011

MEMORIA HISTORICA

Algunas noticias publicadas en la prensa está poniendo en entredicho la situación en la que se encuentra en la actualidad el Partido Socialista, con el señor Griñán a la cabeza. Hasta tal punto está llegando la desesperación del mismo que, se ha estado comentando que en una cena hace varias días entre el presidente de la Junta de Andalucía y sus Secretarios Provinciales, había llegado a amenazar que se iba en menos de quince días.

Inmediatamente lo desmintió, pero cuando el rió suena algo llena. Estos movimientos que se están dando ahora, nada tiene que ver con las posturas de este partido en los años ochentas.

Cuando terminaron las elecciones del año 1983, la provincia de Cádiz amaneció bajo el dominante poder del partido socialista que había salido triunfador en 23 de los 42 municipios con que contaba la misma.

Cádiz, Arcos de la Frontera, Chiclana, Algeciras, La Línea ... había quedado bajo el mando de alcaldes socialistas, pero otras de gran importancia como San Fernando, Sanlúcar, Jerez, El Puerto de Santa María Puerto Real y Chipiona, estaban en manos de otros partidos de colores diferentes de los que el PSOE anhelaba y necesitaba para apoderarse de toda la provincia gaditana.

En el Puerto de Santa María gobernaba Rafael Gómez Ojeda del PCA: En Sanlúcar, el comunista José Luís Medina Lapieza: en Puerto Real, José Antonio Barroso del PCA: en Jerez de la Frontera, Pedro Pacheco –me parece que estaba en el PSA-,: en San Fernando, Avelino Arias Soto, del PA y en Chipiona, Miguel Valdés Benítez, centrista-independiente.

Todos estos alcaldes notaba la presión con que el PSOE los trataba mediante las ofertas de pasarse a su partido o, poniéndoles trabas en sus gestiones, o buscando pactos de gobiernos para derrocar al adversario o tratar de desprestigiar a sus mandatarios hasta ahogarlos.

Luís Aparcero fue el único que negó la oferta del PSOE y meses más tarde se pasó con cuatro concejales a éste partido, o sea, procedente de la UCD terminó en el caso “Sanlúcar”.

Aparcero había sustituido en la alcaldía de Chipiona a Miguel Valdés Benítez, centrista-independiente que había ganado con holgura las elecciones. Aparcero que militaba en la misma candidatura que el anterior, se pasó al PSOE siendo ya alcalde, motivo por el que le presentaron una moción de censura que acabó por derribarlo de la alcaldía, pasando a las manos de Manuel Monge, centrista-independiente. En este caso, los del PSOE de Chipiona llegó a acusar a los comunistas de la caída de éste.

Otro de los alcaldes que fueron tocado por los maleficios del PSOE, fue José Luís Medina Lapieza, teniendo que salir a la prensa manifestando que “el había sido comunista de toda la vida” y, además no le tentaban ni los cargos públicos ni la política que estaba desarrollando el Gobierno del PSOE. Aunque con el tiempo su teniente de alcalde –el señor Fernando Verdún Bautista-, se pasó al PSOE.

José Luís Medina sería derrocado por este partido a través de una moción de censura bajo la excusa de la desaparición de dinero del Comunitario. Cuando se pudo demostrar lo contrario, ya era muy tarde. Esto le hizo tanto daño que bien caro lo pagó José Luís Medina. Muchos años más tarde quisieron lavarse las caras homenajeándole, pero ya era tarde.

El primero que cayó en la trampa del PSOE fue el Partido Andalucista. El alcalde de San Fernando, Avelino Arias Soto, se acostó un día como Andalucista y amaneció siendo Socialista. A pesar de las críticas que se produjeron en el seno del PA, que no pudo levantar cabeza al estar próximo a las elecciones autonómica y generales, acusaron al alcalde de San Fernando de “venderse al PSOE a cambios de futuros cargos políticos.”

Lo de San Fernando fue un serio aviso de lo que el PSOE pretendía. Quería hacerse con el control absoluto de la provincia de Cádiz. Al cabo de unos meses salió en la prensa nuevas ofertas realizadas por determinados dirigentes socialistas a algunos alcaldes de la provincia para que ficharan por sus siglas.

Como se ha dicho, fueron tocados los alcaldes del Puerto, Rafael Gómez Ojeda: el de Sanlúcar, José Luís Medina: y el de Chipiona, Luís Mario Aparcero.

La acusación por parte de los socialistas y aliancistas de que el alcalde del Puerto tenía paralizada la administración local, fue la excusa expuesta para que le presentaran una moción de censura al señor Gómez Ojeda del PCA y lo desbancaran de la alcaldía, relevándolo como Alcalde el socialista J. Manuel Torres.

Distinto fueron los alcaldes de Jerez y de Puerto Real, el señor Pedro Pacheco y José Antonio Barroso. Estos fueron los únicos que quedaron inmunes a pesar de las trabas puestas por el PSOE en sus mandatos.

Barroso sostuvo varios enfrentamiento con el Alcalde de Cádiz, señor Carlos Díaz, socialista , siendo uno de los episodios la construcción del puerto del Bajo de la Cabezuela, cuyas obras fueron amenazada de paralizar en repetidas ocasiones por considerarla que se encontraban en su término municipal.

Barroso, parco en palabra, diputado en el Parlamento Andaluz, no gozaba de inmunidad, y fue procesado por la Audiencia Territorial de Cádiz y después pasado a Sevilla donde fue juzgado por su incontinencia verbal hacía el señor Carlos Díaz.

Por último, el caso de Pedro Pacheco. Todos recordamos que fue por sus declaraciones sobre los jueces y abogados en el contencioso que mantuvo con Bertín Osborne y que fue condenado a inhabilitación por seis años para ejercer cargo público, y que después presentó recurso a la Audiencia Territorial de Sevilla.

Sanlúcar de Barrameda, 20 de junio de 2011.

miércoles, 15 de junio de 2011

En memoria de Jorge Semprún , que estuvo en el campo de concentración de Buchenwald

Tengo conocimiento de que me estoy apartando de la línea tradicional de la mayoría de los artículos que Sanlucardigital está publicando y esto posiblemente no es atractivo para muchas personas que leen los mismos, pero una vez terminada las elecciones cada uno se posiciona en los lugare sen los que anteriormente estaba y yo, una vez cumplida mi misión con el Partido Andalucista, y siempre que Pepe me lo permita y lo publique, seguiré escribiendo artículos de temas diferentes, que es lo que más me gusta, aunque éste es una copia íntegra del artículo de el diario de Sevilla ABC , que espero que no se enfade conmigo.
Hoy voy a recuperar un artículo de hace 66 años publicado en dicho diario de Sevilla que me ha dejado impresionado por su tema y su narración y que es como sigue:
MARTES 15 DE MAYO DE 1945, EDICIÓN DE LA MAÑANA, PÁG. 15.- “Visita al campo de concentración de prisioneros de Dachau (crónica de nuestro enviado especial, recibida con retraso).
En el vasto mundo anglosajón hay una cosa que impresiona más que el final de la guerra en sí: el de los campos de concentración alemanes. Yo sólo he visitado uno. El de Dachau, en las afueras de Munich. Casi el último caído, en manos del ejército americano. Visitándole, pasé un rato horroroso. Ahora, sobre el limpio papel donde escribo, no lo paso mucho mejor. Dante no vio nada y por eso supo escribir sus patéticas páginas del infierno. Yo sí he visto Dachau y quizás por eso no sepa escribirlo.
Lamento no ser notario para escribir con el formulario y léxico impersonal de los protocolos. Pero creo que puedo, de todas maneras, escribir, en primera persona, porque ni un solo lector que me haya seguido en la prensa de España habrá podido dudar jamás de mi ecuanimidad. A cuenta de mi historial, cargo el “doy fe”. Se me dirá que más en Oriente que en la propia Europa puede haber otros campos aterradores. Desgraciadamente, se puede creer en ello. Pero no los he visto. Si los viese, movería exactamente mi pluma con la serenidad que lo hago ahora.
La entrada en Dachau –sector amplio, rodeado de alto muro y edificios cuarteleros-, es muy trabajosa y municiona. Con nosotros –once periodistas-, entra también mister Jefferson Goffrey, embajador de los Estados Unidos en Francia. Soldados americanos nos colocan a todos en hilera y con un aparato parecido a los insecticidas nos meten por las mangas, debajo de las ropas, grandes cantidades de estos polvos desinfectantes “D.D.T.”, que, con la penicilina, es el moderno “curalotodo”. Quedamos todos como buñuelos para la sartén. Luego, una inyección del mismo producto, cuyo pinchazo todavía me duele. El oficial americano nos reúne, dándonos las últimas instrucciones; en el campo, donde casi todos son detenidos políticos, hay tifus, disentería y otras enfermedades, con docenas de moribundos y centenares de cadáveres insepultos, de los dos mil que encontraron los americanos al llegar. No debemos separarnos de los oficiales americanos ni dar la mano a nadie aquí por razones sanitarias. Ante semejante programa, me entran ganas de volverme atrás, pero fumando cigarrillos y comiendo pastillas, con las manos protegidas en los bolsillos, penetro en un mundo fantasmagórico.
Avanzamos por la amplia avenida hasta el recinto rodeado de espino de alambre. Hay banderas aliadas en todos los lados porque celebran los días de la Victoria, que para ellos no han significado la ansiada libertad. Conforme avanzamos, parece que vamos a entrar en una exposición o Feria de Muestras. Ya es eso en parte, las muestras que hay cerca de la entrada veré después que son las mejores, porque, por lo menos, pueden andar sin arrastrarse y no son contagiosos como otros que se hallan en pabellones cerrados, de los cuales, a pesar de morirse día a día y después de una semana de la entrada de los americanos, no pueden salir todavía.
Los paseantes o que tienen libertad de movimientos dentro del campo van casi todos con traje rayado de presidiarios, pelados, con idénticos ojos inmensos en el fondo de sus órbitas, pero su nacionalidad se distingue fácilmente porque llevan toda clase de banderas y los yugoslavos y rusos visten su uniforme militar casi completo.
En sus barracas hay también banderas y distintivos. En los polacos, los dibujos improvisados de imágenes religiosas contrastan con la bandera roja de los rusos, próximos a aquellos. De los 32.000 detenidos que hay en Dachau, la mayoría son polacos. Son los más serios y reservados. También entre los polacos se encuentran 780 curas católicos del total de 1.350, de los cuales sólo 59 no eran católicos. Los curas de otras nacionalidades, hasta hace unos días en que todavía no había salido ninguno (sólo lo han hecho unos poquísimos), se distribuían así, además de los polacos: 121 franceses, 69 checos, 31 italianos, 30 belgas, 30 holandeses y el resto entre alemanes y de otras nacionalidades. Seminaristas había 108. en total representaban 40 órdenes religiosas distintas.
Para darme estos y otros datos, conforme avanzamos por una especie de lazaretos, donde huesos vivientes, recubiertos de piel, toman el suave sol primaveral, que evidencia todavía más sus llagas, se me acercan toda clase de tipos. Todos me quieren contar su caso. Con grandes ademanes de afectuosidad me quieren presentar “casos especiales”, con los cuales yo tengo que desobedecer las órdenes militares, dándoles las manos o salir huyendo cobardemente a mitad de la conversación. A pesar de que los americanos han hecho una limpieza minuciosa, huele todo espantosamente. Basuras y toda clase de porquerías quemándose en rincones apartados del campo no hacen más que enrarecer todavía más el ambiente.
Al paso de los oficiales americanos, judíos y rusos, principalmente, se levantan más o menos trabajosamente, quitándose respetuosamente la gorra. Cuando nos paramos en un sitio, docenas de seres archisucios y que comen constantemente pan con mantequilla (de los americanos) por los rincones, se precipitan sobre nosotros. Entonces se establece en mi interior una tremenda lucha: la caridad contra la repugnancia. Yo me pego a los oficiales americanos como de niño hacía el regazo de mi abuela. Pero los americanos nos dicen: “todo eso no es lo importante. Ahora entraremos en el pabellón de los incomunicados.”
Uno de estos pabellones es exclusivamente de judíos. Aquí el olor a miseria humana es inaguantable. Hay muchos muchachos. Algunos están tomando el sol por las calles, esqueléticos y con la barriga hinchada como una pelota. Otros, agrupados sobre camastros de tres pisos, juegan a los naipes. En lo alto de la litera, un chico con cara de pillete me sonríe y, muy divertido, me señala algo que se halla en el suelo entre dos literas. Voy allí para mirarlo. Es un cadáver reciente. El niño pillete se ríe a carcajada al ver mi impresión. Casi al mismo momento, el moribundo que gime en una litera al ras del suelo, me tira de los pantalones. Quiere un cigarrillo, voy fumando como una locomotora, sin quitarme el cigarrillo de los labios, y salgo fuera tan pronto como puedo, pero en la calle tampoco puede respirarse.
Después, todo lo demás ya no me interesa. Datos, datos, nombres...; que si estuvo Shusning con su mujer aquí mismo, en Dachau, hasta que lo trasladaron; que si estuvo el obispo Piget y los príncipes Leopoldo de Prusia, y Borbón y Parma. Todo eso a mí no me dice nada ya. Gente medio loca me dice al oído palabras de odios o rencor que prefiero no recordar.
En distintos barracones nos invitan a entrar. Todo es tan trágico, que roza siempre lo grotesco. Unos portugueses y yo somos tomados aparte por unos franceses, siempre tan académicos, a pesar de todo. Uno de ellos suelta un discurso pero los americanos metódicos, siguen infatigables. Ahora nos llevan al crematorio, donde por falta de combustible, en las trágicas últimas horas de Dachau y por ignorar las tropas de Patch, no pudieron quemar dos mil cadáveres entresacados de la cámara de gas (ejecutados) o extraídos de los trenes en el colapso que en los últimos días dejó a la vecina estación, encerrados en vagones, muriéndose como moscas, mientras cundía el caos por todas partes.
Los de allí afirman que Himmler circuló la orden original, salida para América, donde se ordenaba quemar a todos los detenidos de los campos antes de que entraran las tropas aliadas.
De una especie de garaje o hangar –crematorio-, van sacando cadáveres totalmente desnudos para echarlos en treinta y dos carros bávaros, conducidos y cargados por alemanes, a los que se obligan a pasearlos después, plenamente descubiertos, por algunos barrios antes de enterrarlos.
A mi vista hay unos trescientos cadáveres que son colocados en carros con parihuelas desde una especie de ventanas. Son los que sacan aquella mañana. Sus cuerpos están medio descompuestos. Una especie de vendimia macabra.
Ni ustedes ni yo, creo que debamos entrar en esta perspectiva, que todavía me daña las retinas.
Creo que el artículo vale la pena leerlo porque es parte de la Memoria Histórica.
Yo nací seis días después de esta publicación.

Articulo publicado en SanlucarDigital el dia 15 de Junio de 2011

viernes, 10 de junio de 2011

LA JIRAFA

Hace unos días han vuelto a reponer en la televisión la mítica película del inolvidable Antonio Molina, este cantaor y coplero malagueño nacido en el año 1928 y que debutó en el cine, precisamente con esta película rodada en 1953 en parte en Rota, en los lugares de la “Cruz del Rompidillo”, la playa y pinares del “Chorrillo”, el muelle pesquero, el “Picobarro”, etc.

En Sanlúcar se rodaron todas las secuencias en la playa de Bajo de Guía siendo la última el vagón de cola atravesando el pinar de La Dinamita hacía Sanlúcar, del tren llamado “del Barrio Alto”, que hacía su recorrido Bonanza-Sanlúcar, Las Tablas, La Alcubilla-Jerez de la Frontera y que desapareció en el año 1965, concretamente, a las cero horas del día 6 de octubre, según Circular número 39, firmado por el Ingeniero Jefe del Departamento de Movimiento, J. R. URCOLA. El resto de la película se rodó en Madrid.

En las secuencias rodada en bajo de guía, se contempla el desaparecido muelle de Olaso, el trasbordo del pescado por las llamadas “lanchas”-de ahí el nombre que se da a los marineros que trabajan con ellas, “lancheros”-, hacía la arena de la playa y la subasta del mismo, así como muchas de las embarcaciones de pesca fondeadas e incluso navegando, el carenado de varias embarcaciones en tierra, en la parte superior de la playa pegadas a la serrarería de Paco Hermoso.

El Muelle de Olaso fue mandado a construir en 1.932, por el marqués de Olaso, que establece una línea que efectuaba el viaje entre Sevilla-Sanlúcar-Mar, inaugurándose el servicio a principio del verano de dicho año con el vapor “San Telmo”, que primero atracaba en Bonanza hasta que se terminó de construir, pasando esta línea a ser propiedad de la Empresa “Isla del Guadalquivir”, dejando de prestar servicios en noviembre de 1.932.

En las secuencias donde salen las vistas de las embarcaciones fondeadas, se observa la cantidad de barcos de pesca que todavía navegaban a vela y a remos, a pesar de que los primeros motores se montaron en el año 1934-35, motores SKANDIA de uno y dos cilindros de dos tiempos que se arrancaban mediante unos cigarrillos encendido que se colocaban en la cabeza del cilindro mediante un tubo enroscado e introduciéndole aire comprimido de una botella que se mantenía a dos atmósfera de presión. Aquellos primeros motoristas parecían más bien carboneros que lo otro, pues el tipo de combustible que consumían estos motores era gasoil alquitranados que debía de estar calentado para que pudiera ser consumido por el motor, dejando una cantidad de carbonilla en el silencioso que, todos los turnos el engrasador tenía que meterse dentro y rascarlo y limpiarlo.

El paisaje lleno de redes secándose al Sol era lo más típicos que se podía ver, así como los rederos, los carpinteros de rivera y calafates liados en sus faenas. Entre todas las embarcaciones a la única que le pude identificar el folio, fue en la que se produce la pelea entre los pretendientes de la hermana de Antonio Molina –Marujita Díaz-, y el resto de familiares que se encontraban a bordo de una embarcación varada en tierra, en la misma orilla. El folio de esta embarcación era 3ª-SE-1-168, conocido en aquella época por el mote de “La Jirafa”, y como tubo varios nombres, es a ésta a la que me voy a dedicar a identificar para conocimiento de todos nuestros lectores y, en particular a los marineros sanluqueños.

El primer nombre de esta embarcación fue SAN JUAN, éste era un falucho de madera construido en 1907, perteneciendo al folio antiguo número 486, siéndole cambiado en 1924 mediante una Ley aprobada en éste año bajo el régimen dictatorial del general Primo de Rivera para que todas las embarcaciones se adaptaran a su provincia y con un número correlativo que, continúo hasta el año 1992 en que se aprobó la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante, en que las matriculaciones siguieron siendo provincial pero el número de folio sólo duraba el año empezando de nuevo con el número uno a primero del año siguiente. Esta ley también cambió el número de las actividades de todas las embarcaciones que paso a enumerar a continuación:

Listas de buques

  • Lista 1ª: Plataformas de extracción, los remolcadores de altura, los buques de apoyo y los que suministran a las plataformas y no se inscriban en otra lista.
  • Lista 2ª: Los buques de construcción nacional o importados dedicados al transporte de mercancías, de pasajeros o de ambos.
  • Lista 3ª: Los buques de construcción nacional o importados dedicados a la pesca con fines comerciales.
  • Lista 4ª: Los buques auxiliares de pesca o de actividades de acuicultura.
  • Lista 5ª: Remolcadores, embarcaciones y artefactos navales dedicados a servicios de puerto, radas o bahías.
  • Lista 6ª: Embarcaciones de recreo o deportivas que se exploten con fines lucrativos.
  • Lista 7ª: Los buques de construcción nacional o importados dedicados a la práctica deportiva o la pesca sin ánimo de lucro.
  • Lista 8ª: Buques y embarcaciones de organismos públicos.
  • Lista 9ª o de Registro Provisional: Buques en construcción, salvo las embarcaciones deportivas construidas en serie.

De esta manera hoy, cuando se mira las amuras de una embarcación de pesca de Sanlúcar la leemos de esta manera. Por ejemplo: 3ª-SE-1-91-32. esto significa que:

3ª Lista.- Es una embarcación dedicada a la pesca con fines comerciales.

SE.- Pertenece a la Capitanía Marítima de Sevilla.

1.- Pertenece al Distrito Marítimo de Sanlúcar de Barrameda.

91.- Ha sido matriculada en el año 91.

32.- Es el número 32 de las embarcaciones matriculadas en el año 1991 en Sanlúcar .

El SAN JUAN tenía una eslora de 9,70 metros, 3,95 de manga y un tonelaje de registro bruto de 10,14 toneladas. Su construcción se hizo por un valor de 9.156,70 ptas., siendo su armador José Sánchez Castellano que vivía en la calle San Juan. Se sabe que el 18 de junio de 1941, Manuel, hermano de José Sánchez Castellano, se lo vende a Inés Rodríguez Aguilera, y ésta le monta un motor marca SKANDIA, de 50 C.V., con el número 16.888 el día 12 de marzo de 1943 que, procedía de otro barco de nombre “SAN LUÍS”, falucho del folio número 45 de Sanlúcar, de su propiedad.

Éste tubo el motor hasta el día 26 de agosto de 1950 en que su propietaria se lo desmonta dejándolo a la vela. El 23 de noviembre de 1951, Manuela Rodríguez Aguilera, hermana de Inés, lo compra y el 12 de diciembre del mismo año le cambia el nombre por el de “MARIANELA”.

Manuela solicita el montaje de otro motor marca “MEAR” el 21 de julio de 1952, pero éste no llega a montarse por denegación de la propietaria que se vuelta atrás y lo deja a la vela. A primero de abril de 1956, el “MARIANELA” –La jirafa-, entre en Tánger sin autorización de las autoridades portuarias, siendo sancionado a no poder entrar en dicha ciudad en los próximos 9 meses. El 31 de diciembre de 1.981 es desguazado para añadir tonelaje a la construcción de los pesqueros “SANLÚCAR I” y “SANLÚCAR II” al amparo de la Orden Ministerial de fecha 15 de julio de 1.970.

miércoles, 8 de junio de 2011

EL LANGOSTINO

Hace algún tiempo alguien me enseñó un librito donde se anunciaban, entre otras cosas, los acontecimientos programados para el verano de no me acuerdo qué año en Sanlúcar, pero podría ser allá por los años 30 del siglo pasado.
Traía algunos artículos de Antonio Barbadillo y varios poemas entre los que estaba uno dedicado al langostino que, copio más abajo. Por cierto, ganó el primer premio de poesía . Su autor me parece que se apellidaba Del Prado, no me acuerdo, espero que se entienda que esto es sólo para prologar este artículo y referenciar el lugar de procedencia del mismo, aunque mal informado y peor explicado.
Para que estos versos no vayan solos y como hace varios días hablando con unos amigos (sobre acuicultura, y crianza del langostino en cautiverio) algunos me aclaraban que esto no se hacía de la manera que yo pensaba , les transmito también información, sobre su crianza en esteros.
En el mar.- Independientemente de que se pesca con artes de arrastres y nasas entre los 5 y los 90 metros de profundidad, lo más frecuente es a unos 20 metros y con una talla de entre los 8 y 15 cm., aunque pueden llegar hasta los 20 cm. –los famosos Pedro Romero-, cuando alcanzan la madurez sexual.
Viven entre 14 y 45 metros de profundidad, teniendo lugar la fecundación y el desove en el agua, pero las hembras no portan los huevos como hace la gamba, sino que los liberan en el mar, siendo la puesta de huevecillo más intensa cuando la temperatura empieza a elevarse en verano.
Las larvas viven en ambiente pelágico y pasan por cinco estadios larvarios diferentes en un corto espacio de tiempo alimentándose de las sustancias del huevo o vitelo. Se transforman realizando por etapas varias mudas y teniendo que buscarse el alimento por sí misma. A los tres meses pasan al estado poslarvario y van al fondo formando grupos que, arrastrados por las corrientes llegan a las costas donde permanecen de tres a seis meses alcanzando unos 8 cm.
La producción de larvas oscila entre las 35.000 y 50.000 por hembra. Como sabemos es de la familia de los decápodos, viven en fondos arenosos siendo en las proximidades de los ríos donde se da la variedad más preciada . Se alimentan de moluscos, gusanos, algas y otros crustáceos.
Cultivo en cautiverio.- La crianza del langostino en cautiverio es muy antigua y se da en algunos continentes como Asía, Centro y Sur de América, en áreas tropicales y subtropicales, siendo China el país más importante como productor de langostino . En España las explotaciones acuícolas están localizadas en las costas suratlánticas de Andalucía (aunque la producción no sobrepasa las 55-60 toneladas) y en el Mediterráneo –CCAA de Cataluña, Valencia y Murcia-.
El cultivo se divide en tres etapas: siembra, crecimiento o engorde y recolección y comercialización, que en líneas generales también se desarrollan como sigue:
Siembra.-
· Del medio natural se obtiene las larvas o, por compra en lugares y centros de reclutamientos. Y a veces en granjas que recurren al desove artificial de los langostinos en estanques especiales.
· Se siembran directamente en los estanques o, en estanques de precriaderos.
· Según las variedades , varía el tratamiento.
Crecimiento o engorde.-
· Preengorde realizada en estanque de corriente rápida con alimento apropiado a su tamaño.
· El engorde es la etapa final que se hace en estanques de corriente rápida con alimento rico en proteínas hasta que tienen la talla requerida y se les deja tres días sin comida para que limpien los intestinos antes de comercializase.
· La duración de la etapa de engorde dura de 5 a 7 meses llegando en menos de un año a su estado de madurez.
Recolección y comercialización.-
· A partir del quinto mes alcanza la talla comercial llegando a los 70 g de promedio obteniéndose de 2 a 6tn/ha en este tiempo.
· Se captura con redes de copo una vez abierta las compuertas del tanques.
· Se colocan en cajas con hielo elaborado con agua potable realizándose esta faena fuera de las instalaciones de la granja.
· Los tanques han de ser secados totalmente durante 10 a 15 días para destruir los microorganismos que puedan ser perjudiciales para la próxima cosecha.
El cultivo se realiza en
· Estanques o piletas cerca de la costa con fondo de arena impermeable de arcilla dura mezclada con fina y detritus orgánico de unos 50 cm de espesor.
· Superficie variable, aunque siempre desde la perspectiva que permita un mejor control operativo y rendimiento de la producción.
· Profundidad entre 0,7 y 1 metro para poder mantener la estabilidad de la temperatura del agua.
La estructura puede disponer de:
· Una doble malla para generar corriente de agua y remover la arena con fines sanitarios.
· Refugios para que los individuos que muden el exoesqueleto estén protegidos del resto y no sean devorados.
· Sistemas o dispositivos que permitan efectuar un control de los fenómenos que puedan dificultar la producción evitando al canibalismo.
· Condiciones de salinidad del agua y vegetación de la zona para mantener el PH adecuado.
Otros aspectos a tener en cuanta en las instalaciones.
· Calidad del agua. Alimentación. Sanidad.
Hay una serie de variedades que, aunque iguales que el autóctono llegan de otros caladeros foráneos -Marruecos, Túnez o Argelia-, donde también se capturan, aunque los de estos países al ser también del Mediterráneo, son de la misma calidad que los que traen los barcos de la costa levantina o catalana.
ASÍ SE COME EL LANGOSTINO
Tiene que ser pelado con los dedos.
Tiene que ser comido con las manos.
Tiene que ser paladeado lentos.
comido sí, mas nunca devorados.
Antes de comenzar la gran faena
es necesario recordar al mar,
brindar con una copa -¿Manzanilla!-
y dar gracias a Dios por la maná.
Cumplimentado el ritual prefacio
con ternura sutil se decapita
dejando la cabeza a buen recaudo
pues, al fin, viene a ser la golosina.
Luego se monda el manto con cuidado
y se secciona con primor la cola;
si algún trozo quedárase adherido
es el primer bocado que se toma.
Se inicia formalmente la manduca
del sonrosado cuerpo desvestido.
Bastarán dos bocados suculentos
para ser degustado y deglutido.
Liba con pausa un sorbo del buen vino
en paréntesis breve y digestivo
que antes de faenar en la cabeza
el erupto conviértase en suspiro.
A la testa le llega su turno.
Es la succión sonora inevitable.
Un sorbetón, murmullo del deleite,
pone la lengua a prueba deleitante.
Segregado el calcáreo capirote
y el supérfluo bigote desasido
aplíquese la lengua con fervor
ingiriendo total su contenido.
Te has tragado un pedazo de la mar.
Te has jamado un océano de gusto.
Te ha quedado en el cielo de la boca
un decápodo es el rico Langostino.
Dicen que diez “por barba” es lo correcto,
mas yo prefiero una ración más larga
catorce es mi guarismo predilecto.
Catorce langostino medianitos.
Catorce gulas o catorce versos.
Catorce es la medida en mi condumio,
La dimensión exacta del soneto.
deje marinero y en su punto.