jueves, 18 de agosto de 2011

Las Cooperativas en el Sector Pesquero de Sanlúcar


1 - Cooperativa " Virgen del Mar " :
Transcurría el 1.966 siendo Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de Sanlúcar don Eduardo Domínguez Lobato, cuando un reducido grupo de marineros compuesto en su mayoría por patrones y motoristas, deciden emplearse por su cuenta y crear una cooperativa con la denominación de “Virgen del Mar”. A través de unos créditos solicitados a la Caja del Crédito Social Pesquero y, con el visto bueno de su Patrón Mayor, éste es concedido a los nueve cooperativistas para la construcción de tres barcos de pesca a pagarlos en cuotas mensuales. Se habla en los Astilleros Navales del Guadalquivir, a la sazón, en los albores de su historia como tal, y el mismo acepta la construcción de los barcos comenzándose a poner la quilla del “MONTIJO”, “LA JARA” y el “BARRAMEDA”, estos han de tener un tonelaje de 44'48 y cada uno de ellos se le va a instalar un motor Skandia de 115 C.V. La Cooperativa está compuesta por los siguientes marineros todos ellos titulados:
· Don Antonio Fernández Calvo.
· Don Juan Fernández Calvo.
· Don Melchor Zaragoza Pérez.
· Don José Domínguez Sánchez.
· Don Manuel Ramírez Gómez.
· Don Manuel Ramírez Romero
· Don José Vital Marqués.
· Don Francisco Manzano Mínguez.
· Don Antonio López Rodríguez
Mientras las embarcaciones se van construyendo, los cooperativistas entran en desavenencias entre ellos, y deciden disolver la cooperativa antes de estar los barcos terminados. Llegados a esta disyuntiva, proponen recoger los frutos del tan preciado botín y, cobran cada uno 50.000 ptas., todos menos Juan Fernández Calvo, Melchor Zaragoza Pérez y López que continúan como socios quedándose con el “BARRAMEDA”, mientras que, “LA JARA” y el “MONTIJO” son vendidos el primero para Huelva donde el 23 de junio de 1.973 se le autoriza el cambio de matrícula por la misma lista de Huelva con el folio 1296 y, más tarde para Villajoyosa (Alicante), donde parece que terminó sus días navegando por el Mediterráneo, mientras el “MONTIJO”, se quedó por Huelva hasta que, otra cooperativa, también de Sanlúcar lo volvió a traer a esta localidad como se explicará más adelante.
El “BARRAMEDA”, empezaron a explotarlo los antedichos socios pero por poco tiempo, ni Juan Fernández, y ni su cuñado Melchor Zaragoza, gustaban de la sociedad con López, y resuelven el problema amistosamente con este pagándole la parte que le correspondía de la sociedad, o sea, 65.000 ptas., quedándose con el barco los dos cuñados.
El “BARRAMEDA”, folio SE-1-561, salió del Astillero con 15'30 metros de eslora, 4'77 de manga y 40'43 toneladas y un motor de la Casa “Construcciones Echevarría”, de 110/120 C.V., de potencia. La construcción fue autorizada por la Dirección General de Navegación con fecha 23 de noviembre de 1.963, mediante un préstamo de 792.000 ptas, y abanderado el 24 de febrero de 1.967. El 14 de julio de 1.971, se le instala un nuevo motor de la misma marca que el anterior de 220/240 C.V., el 30 de noviembre del mismo año, por parte de la Capitanía Marítima de Sanlúcar, se le hace entrega de la Patente de Navegación. El 12 de abril de 1.982, se le vuelve a instalar otro motor, esta vez es un Volvo Penta usado de 300 C.V., modelo TAMD-120-A, nº 15159/13412 . El 5 de junio de 1.986, pasa a la propiedad de Juan Fernández Calvo que le compra la parte indivisa a su cuñado Melchor por valor de 1.750.000 ptas.
El 30 de marzo de 1.992, se le vuelve a instalar otro motor marca GUASCOR, de 275 C.V. El 30 de junio de 1.993, Juan Fernández le vende el barco a Manuel Manzano Hidalgo, con domicilio en la calle Santo Domingo 70, 2º-B por valor de 24.000.000 ptas. Manuel disfruta por poco tiempo de este barco, Dios lo llama a su seno y, el 10 de febrero de 1.995, su viuda, Carmen Martínez Romero hereda la mitad del mismo y sus hijos José, Manuel, Juan y Ángel, la otra parte indivisa rearqueándolo el 11 de octubre del mismo año sacándole 25'64 toneladas .
2.- Sociedad Cooperativa Lda. " San Antonio del Guadalquivir "
Es en 1.982 cuando se constituye esta Cooperativa, la componen 7 hombres de la mar que, inmediatamente después de redactar los estatutos ponen mano a la tarea y se dedican a buscar un barco adecuado a sus necesidades y a través de un corredor se enteran de que El Marina, quiere vender el “BAJO DE GUÍA III” folio SE-1-678, de 15'50 metros de eslora y 50'90 toneladas, y éste se lo vende a la cooperativa por valor de 11.000.000 de ptas., de las cuales Antonio Barcena les presta 5.000.000, y 6 más que ellos consiguen a crédito del Banco de Crédito Industrial.
En octubre de 1.984 estos hombres salen para la mar por primera vez con toda la ilusión puesta en un porvenir que les parece prometedor y con el ánimo del que se sabe dueño y trabajando en su propia empresa. La tripulación se distribuye los cargos y Carmelo Muñoz es su primer patrón de pesca y costa; José Antonio Ruiz Hidalgo, el presidente de la cooperativa es el motorista; Manuel Salas es el 2º motorista; Antonio de nevero; Isidoro Merino Hermosilla de cocinero; Juan Merino Hermosilla, de contramaestre y Luis Ruiz Hidalgo, también de nevero.
El barco empieza a trabajar pero transcurrido un tiempo, las averías de su viejo motor Volvo Penta de 240 C.V., comienza a vacilar y los primeros cooperativistas no le ven mucho futuro al barco, que se lleva más tiempo con avería en tierra que trabajando.
El primero en abandonar la cooperativa es Carmelo Muñoz, éste se encuentra aburrido y decide irse para buscar trabajo en otro lugar antes que quedarse en el mismo. El segundo en salir corriendo es el motorista, José Antonio Ruiz Hidalgo, como consecuencia de un fraude que se produce en la cooperativa.
A Luis Ruiz Hidalgo, el nevero, le sale un puesto de trabajo como Guarda Forestal en el Coto de Doñana y, no lo piensa, se marcha a su nuevo trabajo dejando el barco en manos de los pocos cooperativistas que van quedando. Los que quedan se ven obligado a contratar personal no cooperativista, pues hay que suplir los cargos vacantes amén de reajustar los suyos propios acordándose nombrar como presidente de la misma a Antonio el nevero.
El motor está dejando a la tripulación harta de averías, no se puede seguir trabajando así y la única manera de arreglar este asunto es instalándole otro motor nuevo. Se le monta un Volvo Penta, esta vez de 280 C.V., y se embarca de motorista a Ignacio que, poco después se tiene que operar de faringe y se queda en tierra, embarcándose por él Luis Odero Ruiz (Luis Venegas).
Un día, saliendo del muelle de Bonanza para la mar, se parte el inversor y hace una avería que no deja más opción que meter el barco en los Astillero de Bonanza y ponerle otro inversor nuevo. Pero cuando llega el Ingeniero para pasarle revisión, al reconocer el barco dice que la madera del mismo por la parte de popa, está podrida, que hay que cortar la popa y echársela nueva si quieren que el barco salga de allí.
Los cooperativistas ven en esta acción algunas cosas raras, alguien quiere aprovecharse de la mala racha del barco porque ellos mismos comprueban con los carpinteros de ribera de los astilleros que las maderas que el ingeniero quiere que se corten, se encuentran en buen estado, alguien quiere quedarse con el barco, porque conoce las deudas del mismo y saben que se puede hacer con él a un buen precio.
Púes nada, se pide presupuesto a los astilleros para la nueva imprevista reparación y éste les dice que echar la popa nueva vale 5.500.000 de ptas., por lo que se dirigen a la Caja de Ahorro solicitando el dinero y ésta se lo deniega, van de banco en banco y en todas parte lo mismo, no hay crédito para la reparación del barco porque estos comprueban que el mismo tiene unos débitos con la Seguridad Social; la única manera de conseguirlo es que como garantía de tal préstamo, los cooperativistas hipotequen sus propiedades, cosa que ellos rehúsan, porque bastantes deudas tienen ya como para empeñarse con sus propias viviendas.
Los días corren, y también las semanas y los meses, las deudas se van acumulando y los bancos piden dinero; los Seguros Sociales empiezan a mandar cartas de embargo; el presidente de la cooperativa se presenta en la Junta de Andalucía e incluso en Madrid con ánimo de solicitar alguna ayuda para continuar hasta que se pueda salir con el barco, pero las puertas se van cerrando una a una. Solicitan el desempleo, pero este sólo se obtiene para los trabajadores contratados no para los cooperativistas, ellos son autónomo y no les pertenecen.
El barco lleva ya nueve meses metido en los astillero y Carmelo Barcenas llama al presidente de la cooperativa solicitándole el dinero que ésta les debe y les propone quedarse con el barco a cambio de pagar todos los débitos del mismo por lo que se habla con los socios y les explica que Barcenas está dispuesto a comprar el barco, que el mismo tiene ya tres demandas del Banco de Comercio Industrial y, una fecha fija para ser embargado, tanto el barco como sus propiedades.
Los cooperativistas deciden vender el barco como sea, y Barcenas paga 7.000.000 de ptas., pero no así los Seguros Sociales aunque meses más tarde lo hará al salirle al barco un nuevo comprador. El nuevo comprador es Manuel Vidal Vital (El Bombo), éste lo quiere para desguazarlo y construir otro nuevo de poliester con el tonelaje. Así terminó otra de las cooperativas que hasta la fecha, lo mismo que nacieron, murieron, sin pena ni gloria.
3.- Cooperativa " Montijo "
En 1.986 se forma otra cooperativa, ésta, aunque compuesta por marineros, ellos en un principio lo que querían hacer era una Piscifactoría en la Marisma de Henares o junto a las Salinas de San Carlos y Santa Teresa. Esta la forman entre otros Francisco Ramírez Romero, Manuel López Rodríguez (El López); Antonio Brun, El Escalera, El Pestiño, Manolo Saenz, Francisco, el yerno de Saenz y Juan Otero Ruiz. Trabajan en los estatutos y una vez organizados en cooperativa y obtenido el dinero para las obras de asentamiento de la Piscifactoría, uno de ellos, el señor López, ve más factible la compra de un barco para trabajarlo entre ellos, argumenta que todos conocen mejor el oficio de la mar que el otro y a final se lleva el gato al agua y convence a varios de ellos pero no a todos. Manuel Saenz no está de acuerdo con el cambio de última hora y decide salirse de la misma, pero no abandonarla, tiene unos derechos adquiridos y no puede dejar que estos se pierdan, dejando a uno de sus hijos como socio de la misma por él, y entonces se va.
Por Huelva trabaja un barco de arrastre que había salido de Sanlúcar recién construido, se llama “MONTIJO”, había nacido en 1.965 en el seno de otra cooperativa que fracasó y ellos se lo quieren traer para Sanlúcar otra vez.Este “MONTIJO”, folio SE-1-559, tiene una eslora de 15'30 metros, 4'77 de manga y 40'43 toneladas, salió de los Astilleros Navales del Guadalquivir con un motor de la casa “Construcciones Echevarría” de 110/120 C.V., siendo abanderado el 28 de noviembre de 1.963. El 25 de marzo de 1.967, se le instala otro motor marca TEB, de 165/182 C.V., de potencia entregándosele la Patente de Navegación el 15 de marzo de 1.969. El 23 de abril del mismo año, lo compra José Cárdenas Baldallo, de Huelva, con domicilio en la calle Jesús Martín 14 que, el 29 de noviembre de 1.973, le cambia la matrícula por la de Huelva, folio 1311. Y éste es el barco que quiere la cooperativa, el “MONTIJO”.
Este barco tiene ya 20 años, pero todos ellos son marineros de reconocida experiencia y saben como sacarle partido ; así que se distribuyen los cargos en consonancia con las titulaciones de cada uno y se dedican a trabajar durante varios años con el mismo afán que el primer día. Cuando se compra, los cooperativistas le cambia de nuevo el folio por el de SE-1-850, así como el tonelaje que ahora tiene 48'40.
Se van defendiendo pero, como ya dijimos, el barco es viejo y hay que renovarlo, se necesita para trabajar en esta mar un barco nuevo que no pierda tantos días en reparaciones y demás entradas y salidas de astillero y deciden hacer uno nuevo.
Solicitan las subvenciones correspondientes y construyen en 1.987 en Isla Cristina (Huelva), por el carpintero de ribera “JOSÉ SOUSA CALE”, con la aportación del pesquero “MONTIJO”, folio SE-1-850 de la matrícula de Sanlúcar, el “NUEVO MONTIJO”, folio SE-1-861, de 19'50 metros de eslora, 5'46 de manga y 47'46 toneladas y que lo abanderan el 3 de marzo de 1.989. Pero el viejo “MONTIJO”, no termina tan pronto por desguazarse, éste continúa trabajando solapadamente hasta que lo abandonan y que es comprado por José Orcha y Manuel Vidal Vital que se lo lleva al Varadero del Puerto de Santa María para cambiarlo un poco y con ayuda de un viejo folio de Huelva, ponerlo a trabajar como si fuera otro, pero esta operación se descubre e inmediatamente tiene que sacar el barco del varadero a toda prisa para desguazarlo el 10 de julio de 1.991, terminando la operación de desguace de este barco, conforme a lo previsto en el art. 59 del Real Decreto 1027/98.
Algunos barcos se vieron implicados como consecuencia de este fraude, como le pasó a Manuel Fernández Franco “El Marina” con la construcción del “MANOLO IV”; El Marina tuvo que buscar varias toneladas de desguace para aplicársela a su barco con un gasto superior a los 15.000.000 de ptas., con relación a lo que estaba presupuestado. Hasta estos años, muchas embarcaciones se construía con un porte superior a la aportación de baja que se presentaba; de un Juanelo salían barcos de 15 metros con diez o quince toneladas y esto descubrió tal fraude en el tonelaje que a partir de entonces no se ha vuelto a construir nada más que con el tonelaje aportado.
4. Cooperativa “Del Mar los Trabajadores”. 1.967.
De esta cooperativa no tengo suficientes datos para informar sobre ella, espero que los sanluqueños aporten algunos para incluirlos en esta página.